Can Munt, Teiá (Barcelona, España)

Cerca de Barcelona encontramos esta grande y bonita finca abandonada, llamada Can Munt. En ella podemos descubrir cómo era una casa de indianos construida en el siglo XIX.

Para nosotros era la primera vez que buscábamos un sitio urbex a ciegas. Can Munt ha sido nuestro estreno.

Encontrarlo no ha sido fácil. No teníamos su localización exacta, así que fuimos tanteando el terreno y revisando nuestro «amigo» google maps satelite.

Llegados al a zona somos engañados, en un primer momento, por su puerta de entrada principal. La encontramos al lado de la carretera. Tiramos un poco más arriba, aparcamos y casi delante nos queda otra puerta de la finca con un caminillo al lado. Ahí empieza nuestra aventura.

Nuestra primera visita

Nos damos cuenta enseguida de que no estamos solo. La finca está abierta y es utilizada por los vecinos (aunque en el momento que entramos no lo sabemos, en los edificios anexos viven algunas familias).

Nos encontramos varias personas paseando sus perros por los jardines, lo que nos da una idea de lo grande que deben ser.

Finalmente subimos unas escalinatas, y al final aparece la finca. Estamos en la parte de atrás de la casa. Hasta tiene una barbacoa.

Seguimos el edificio y pasamos por una puerta que nos indica «Can Munt». Entramos hacia el jardín delantera y ahí nos saluda la puerta principal de la casa. Son dos bonitas puertas de madera que nos invitan a entrar. Lo hacemos con cuidado, ya que vemos parte del tajado en el suelo.

Lo primero que vemos es un gran recibidor, con una escalera a mano derecha y varias entradas a derecha e izquierda. Nos entristece ver tantas pintadas.

La planta baja se encuentra llena de estancias. Algunas en buenas condiciones y otras sucias. Hacemos un vistazo rápido, ya que queremos ir a la planta de arriba. En algún sitio ya no existe el suelo, por lo que vamos con cuidado. Tenemos curiosidad para ver la iglesia, y la encontramos.

Queda muy poco de ella. Los esqueletos de lo que eran los asientos de la familia y la silueta de la chimenea que calentaba la habitación. También queda un pequeño cuarto, muy bien decorado. Parece que en esa estancia había como un altar y se guardaban las reliquias de la familia.

Seguimos examinando las otras habitaciones. Nos damos cuenta que hay otra planta, pero no vemos forma de acceder. El techo está mal, y los accesos que vemos no parecen muy seguros, así que seguiremos dentro de la casa.

Una estancia que nos llama la atención es donde queda la gran chimenea. Esta tiene distintas decoraciones, pero el suelo y la decoración de la chimenea le dan un encanto especial. Si la miramos, nos damos cuenta que aún se utiliza de vez en cuando. También hay restos de velas por toda la estancia.

Nos dirigimos a ver el jardín de la parte delantera de la casa. No queda gran cosa, de lo que se relata, pero queremos ver el mirador.

Nos llama la atención, nos acercamos más y más, nos deja sin aliento. Des de el podemos ver Teià perfectamente y contemplar el mar. Nos hace ver la situación privilegiada que tiene la casa y su terreno.

Hay muchísima tranquilad. Des de aquí podemos ver los edificios anexos y el resto de jardín delantero.

Los edificios anexos y el sótano están habitados, por lo que pasamos un poco lejos para no tener problemas con nadie.

También localizamos la entrada del tune, vemos fuentes, estancos y varias escaleras. La finca es muy grande y da para un buen rato.

Segunda visita en Can Munt

Hay sitios que con una visita es suficiente, pero en este caso no. Sabíamos por otros reportajes que en el jardín había una piscina y pistas deportivas.

Así que nos decidimos a volver y poder completar el reportaje y ver cómo estaba aún la finca.

Nos miramos con más entretenimiento el edifico principal. Al tener mejor tiempo que la primera visita nos adentramos por debajo de la escalera de entrada, donde encontramos algunas habitaciones y una cocina.

Para entrar a ella, pasamos una habitación con chimenea, que lleva a esta cocina y a pequeña despensa.

La planta superior sigue en el mismo estado, pero con algún grafiti más.

Salimos al jardín en busca de la zona que nos falta. Las pistas y la piscina.

Cogemos el móvil y utilizamos el google maps pero en modo satélite. Podemos ver dos formas de ir. Al lado de los edificios anexos (un camino de tierra en mal estado y que cuesta de seguir) o otro al lado del patio trasero.

Nosotros exploramos los dos, pero os recomendamos el que está al lado del patio trasero, que es por donde entramos a la finca. El camino se encuentra escondido detrás del muro.

Si iniciamos el camino por la zona del patio de atrás, veremos algunas escaleras.

Lo primero que encontramos es lo que le llaman la piscina, aunque a nosotros nos ha parecido más un estanque artificial.

Queda escondido entre la maleza, pero podemos ver su forma tranquilamente. Hay una escalera para bajar y pasear por su interior.

Pero nuestro recorrido no termina aquí. Nos faltan las pistas, así que seguimos por unas escaleras escondidas detrás de los árboles. Siguiendo las encontramos un pasillo a mano derecha, y a pocos metros aparecen.

Las escaleras que nos han llevado a la pista, pero no termina ahí, si no que sigue. Miramos a donde va, pero no se encuentra en buenas condiciones ni el camino es el mejor, así que lo dejamos.

Volvemos a la casa contentos de haber encontrado los otros elementos de la finca.

Esperamos que si la visitáis, lo hagáis en un buen día y con tiempo para ver la finca al completo. El edificio principal, los edificios anexos, la piscina, las pistas y el jardín, tanto delantero como trasero.

Un poco de historia de Can Munt

La verdad es que no he encontrado gran cosa de la historia de Can Munt. Da la sensación que el abandono ha borrado sus huellas.

Se construyo en el siglo XIX por una familia acaudalada. La finca es de tipo indianos y esta formado por una planta baja, primer piso y cubierta. En el interior de la casa también se hizo una capilla.

La casa esta rodeada por mucho jardín realizado en estilo neoclásico. Este tenía pérgolas, terrazas, fuentes, piscina, estanques, etc. También se construyeron las casas anexas que eran las caballerizas.

La finca también poseía unas minas y un refugio anti aéreo.

Can Munt está incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.

En la finca vivía todo el año una familia que se hacía cargo de ella. Por los años 20 era conocida como «el coto». Su propietario hizo vallar la finca para poder soltar conejos y cazarlos.

Si alguien quisiera comprarla está en venta desde el 1984. Los rumores dicen que hubieron 2 proyectos inmobiliarios interesado en la finca. Ninguno llego a ejecutarse.

Información práctica

Más información

A parte de la información de wikipedia, el resto es de blogs que he ido contrastando si podía o no ser verdad.

La finca es magnifica, pero ¿Cuál es su realidad?

Me han dejado comentarios de personas que han dio en julio de 2020 y comentan que la casa esta tapiada.

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